En Querétaro, así se celebró el Día del Abuelo en el Asilo San Sebastián, donde fue puesto en marcha el programa “Invita un café a un abuelo”.
Proyecto que nació más de un año en dicho lugar con una capacidad para 42 adultos mayores, busca que no se sientan solos y los pone a realizar diversas actividades como bailar.
Reciben a voluntarios que acudan a platicar con algún abuelito cada miércoles, abren sus puertas para que las personas regalen gusto, felicidad y amor.
Entonces, los habitantes de este asilo se arreglan a la espera de su invitado:
Cuando vienen personas en el café, vienen grupos a visitarnos. Yo me desenvuelvo: no me diga con los jóvenes, porque con ellos yo platico desde que era niña”, dice Ana María, huésped del lugar.
Este asilo fue fundado en 1908 y alberga a 42 abuelitos. En otros casos, estas instituciones se convierten en su última morada: viven esa etapa acompañados de otras personas que, como ellos, arribaron a esos lugares por voluntad propia o por decisión de hijos o familiares.